Ni eres una persona fría, ni rara, y sí, tienes sentimientos
Tu forma de apegarte viene de cómo aprendiste a protegerte emocionalmente. No es que no sientas, es que aprendiste a no mostrar.
Te genera incomodidad expresar tus emociones, decir lo que sientes, provocando confusión en tu pareja respecto a tus sentimientos.
“Me agobia que me pregunte tanto, me siento asfixiado, y me distancio más, poco a poco, no sé cómo lidiar con tanta emoción, así que dejo los mensajes en visto y respondo horas después»
En persona eres cálido, pero necesitas tu espacio y, si te sientes presionado, te alejas.
«¿todo bien? Te noto raro»
«otra vez con lo mismo”…entonces respondes con un emoji y cambias de tema
Cualquier tontería te hace alejarte, tomar distancia, no vincularte realmente y, en el fondo, sabes que no son grandes inconvenientes para ti (forma de hablar, de vestir, esa nariz…), pero permites que interfieran en lo que sientes por la otra persona.
Es un modo de tener una excusa propia para salir de la relación cuando se está poniendo seria. Así, nunca llegas a dar pasos hacia delante porque a la persona que tienes delante le vas a encontrar siempre un «pero».
Hablas con tu pareja sobre viajes, pequeñas escapadas, planes interesantes… pero detectas un alto grado de compromiso si los llevas a cabo y, muchas veces, terminas no haciéndolos.
Cuando te estresas, te calma tomar distancia en vez de hablar las cosas. Es decir, dejas de responder a los mensajes, dejas en leído… hasta que pasa un tiempo y ya puedes volver.
¿Qué pasó, quizás, en tu infancia? Que viviste continuas experiencias en las que sentías que no podías contar con nadie, pensabas que nadie podía ayudarte con algo, con tus problemas… así que piensas: «me las arreglo solito», y entonces suprimes la conexión con las emociones, todo se va a la cabeza, todo lo racionalizas, no pides ayuda, eres autosuficiente…. Pero, en el fondo, vives con ansiedad porque puede haber miedo al rechazo, a que te abandonen, a la intimidad emocional… y haces ghosting… te cuesta vincularte.
Me retiro cuando las cosas van bien. Si tenemos una primera cita y ha ido genial, quizás se esperaría tener un contacto más continuo. Sin embargo, pones distancia y te retiras gradualmente, para conseguir un enfriamiento emocional y para que esa relación se mantenga en una etapa inicial de poco compromiso y no agobiarte.
Si tienes pareja, a veces le tratas como si no estuvierais juntos, no le mencionas en tu entorno, no subes fotos juntos, prefieres planes en solitario o con tus propios amigos.
Así estableces patrones donde evitas la intimidad y a largo plazo te cuesta conectar con alguien.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
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