Chemsex: un abordaje integral desde la Psicología Afirmativa LGTBI+
Un particular fenómeno de uso recreativo de drogas en contextos sexuales, vinculado a la cultura sexual gay
Los casos en consulta relacionados con la práctica del Chemsex se han multiplicado en los últimos años y, aunque el patrón de consumo y el tipo de prácticas es muy variable, se observa un importante deterioro de la persona en ámbitos como la salud sexual, adicciones o la salud mental.
El chemsex es un tipo particular de consumo recreativo de drogas en contextos sexuales, vinculado a la cultura sexual LGTBQ+ (y en particular a la cultura sexual gay).
Se trata de un “uso intencionado de drogas, principalmente metanfetaminas, mefedrona y GHB/GBL (junto a otras sustancias secundarias), para tener relaciones sexuales por un período largo de tiempo (que puede durar desde varias horas hasta varios días)” en el contexto sociocultural del colectivo LGTBI+, principalmente entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH), cuyo elemento clave es el tiempo, porque “a mayor tiempo de práctica del Chemsex, puede darse una mayor exposición a diversos riesgos y daños”.
*Las personas trans, crossdresser y no binarias también practican Chemsex, sólo que en menor proporción
En España, entre las sustancias más utilizadas para practicar chemsex destacan:
También es destacable el uso intravenoso [slamming] por su psicopatología asociada.
Además, es fundamental los riesgos entre las drogas consumidas y algunos tratamientos farmacológicos, como los antirretrovirales.
Algunos efectos de estas drogas se asocian a una falsa sensación de euforia o high, ligado a la desinhibición y excitación sexual, con efectos:
Sensación de empatía, buen rollo…
Alteran temporalmente el pensamiento, el estado de ánimo y la percepción de la realidad
Alteran la concentración y el juicio, falso bienestar
Alteran la percepción de la realidad, causan alucinaciones y vivencias disociativas
El consumo de drogas en el contexto de chemsex trasciende el mero uso sexualizado de sustancias y puede implicar una serie de impactos negativos en personas con mayor vulnerabilidad, de forma que, bajo el abuso de la práctica de chemsex, se puedan esconder numerosos estresores no resueltos que mantienen dicha dependencia.
En terapia, aparte de trabajar las repercusiones clínicas de practicar chemsex, es fundamental atender aquellos factores de riesgo que, además de provocar el inicio, mantienen dichas conductas problemáticas.
Patrones de deterioro en la salud mental más comunes
La población LGTBI+, como grupo minoritario, presenta más ansiedad, depresión, consumo de sustancias e ideación suicida que la población general (Modelo del Estrés en Minorías, Meyes, 2003).
Sentimientos negativos con la propia orientación sexual, que generan actitudes despreciativas hacia sí mismo, baja autoestima, dificultades para lograr un autoconcepto positivo y mayor compulsividad sexual, con el riesgo de mantener relaciones sexuales no protegidas y conductas sexuales en estado de intoxicación por drogas psicoactivas.
Las experiencias de acoso y discriminación que viven los HSH, pueden transformar la práctica del chemsex como un mecanismo de afrontamiento desadaptativo para afrontar dichos sentimientos negativos.
¿Y QUÉ OCURRE ENTONCES?
Se concibe el chemsex no sólo como una búsqueda de placer sino también como un escape de la autopercepción negativa y el juicio social asociado a la orientación sexual.
Si bien es cierto que la transmisión del VIH ha disminuido gracias a la eficacia de intervenciones preventivas como la PrEP y el propio tratamiento antirretroviral (TAR), existe un aumento de infecciones de transmisión sexual (ITS) de gonococia, sífilis y linfogranuloma venéreo en hombres y más de un 85% de HSH en PrEP consumen drogas asociadas al chemsex sin utilizar preservativo.
Numerosos estudios demuestran que los elementos conductuales heterogéneos del chemsex lo posicionan como un factor de riesgo para la transmisión de ITS.
Este aumento de ITS ligadas al chemsex supone un gran problema de salud pública.
Por otro lado, el estigma que presentan las personas con VIH va desde situaciones concretas de violencia, discriminación y marginalización, pasando por sentimientos de anticipación del rechazo, estereotipos y sentimientos negativos sobre sí mismos en relación con el seroestatus.
Así, se observa mayor riesgo de padecer depresión, bajo autoconcepto, ansiedad, ideación suicida, menor acceso a redes de apoyo, y peor adherencia a la terapia antiretroviral.
Y este impacto del estigma por VIH en hombres GBHSH se relaciona con mayores prácticas de riesgo y menor seguimiento de controles periódicos para detectar ITS.
El serostatus positivo aumenta el riesgo de practicar chemsex, probablemente como herramienta de afrontamiento.
Detrás de una práctica que podría estar motivada por el deseo de huir de sentimientos negativos, la realidad es que para aquellas personas emocionalmente inestables, el chemsex no cumple sus expectativas, exacerbando los sentimientos de insatisfacción general, y de culpa y vergüenza por llevar a cabo unas conductas que no harían sin el efecto de las drogas y generan gran estigma y generando mayores dificultades en la vida sexual y en la erótica, con pensamientos, emociones y conductas desadaptativas.
Aunque existen variables individuales que determinarán el riesgo potencial de practicar chemsex, existe evidencia de su impacto negativo en la calidad de vida de las personas, por lo que se requiere un abordaje interdisciplinar y especializado que vertebre una respuesta eficaz ante este gran problema.
Obviamente, existen otros tipos de consumo de drogas en contextos sexuales no asociados al chemsex, como las experiencias en clubs de swinggers o en clientes de prostitución femenina.
El chemsex se vincula a la cultura sexual LGTBQ+ porque las sustancias de elección, la forma de acceder a ellas, la duración del encuentro sexual, el número de participantes o la situación epidemiológica del VIH y de otras ITS, son claramente distintas.
Tener una sesión de chill [practicar chemsex] no puede descontextualizarse de algunas circunstancias que afectan a la forma en que se vive el sexo para muchas personas del colectivo:
Comprender el significado y naturaleza de esta práctica es fundamental para una adecuada atención psicoterapéutica.
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